Poscastrismo

Por primera vez en seis décadas no estará al frente de Cuba un hombre de apellido Castro

Acaba de aparecer en el mundo una nueva palabra: ‘poscastrismo’. Se refiere a lo que está pasando en Cuba desde este jueves 19 de abril de 2018, luego de que la Asamblea Nacional del Poder Popular eligiera al exvicepresidente Miguel Díaz-Canel como presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de la República de Cuba.

El militar Raúl Castro, que desde febrero de 2008 reemplazó en el cargo a su hermano Fidel, rector máximo e ícono de la Revolución cubana, seguirá ocupando –a los 86 años– el puesto de Primer Secretario del Partido Comunista: se trata, por supuesto, de preservar la historia de aquella isla caribeña que el próximo año cumplirá 60 años de ser un Estado socialista, contra viento y marea.

Se habla de ‘poscastrismo’, pues por primera vez en seis décadas, en las que no hubo libertades políticas, no estará al frente del país un hombre de apellido Castro (y ese es un giro histórico que no puede menospreciarse), pero se hace énfasis en la palabra porque, aun cuando el presidente Díaz-Canel es un hombre de la entraña del castrismo, preparado por el propio Raúl para gobernar, las nuevas generaciones esperan que venga una serie de cambios que beneficien a toda la ciudadanía, abran nuevas ventanas al mundo y lleven a Cuba por el camino de las modernizaciones, que no riñen con la búsqueda de una vida mejor.

El solo hecho de que el poder haya llegado a manos de un hombre de 57 años, luego de haber estado en cabeza de los longevos hermanos Castro durante tanto tiempo, es el presagio de que la cuidadosa apertura que se ha estado dando en Cuba –y que tuvo el apoyo y el respeto del pasado gobierno norteamericano– no tiene vuelta atrás.

Fidel Castro protagonizó la turbulenta historia del siglo XX. Su hermano Raúl comenzó la transición hacia un sistema ligeramente más abierto. Ahora le corresponde a Díaz-Canel, que nació después de la revolución, llevarla a feliz término: no es una época fácil la que está viviendo el mundo, pero el cambio ya ha empezado a recorrerse.

Fuente: El Tiempo